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 México, su historia parte 15

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MensajeTema: México, su historia parte 15   México, su historia parte 15 EmptySáb Ene 10, 2009 6:28 pm

La alianza tripartita y la Convección de Londres.

Entre tanto, Juan Antonio de la Fuente, enviado en 1861 como representante de México en Inglaterra y Francia, vio que las disposiciones adoptadas por estos gobiernos a consecuencia de la ley expedida el 17 de julio eran completamente hostiles para nuestro país. Después de discutir varios proyectos, se firmo en Londres el 31 de octubre la convención, por la cual la reina de España, el emperador de los franceses y la reina de Inglaterra, se comprometían a adoptar las mediadas necesarias para enviar a la costa de México fuerzas de mar y tierra combinadas, en numero suficiente para tomar y ocupar las diferentes posiciones del litoral mexicano. Terminados los preparativos para la expedición a México, las tres potencias enviaron sus instrucciones oficiales a los comisionados designados.

Las noticias que llegaban del exterior eran cada vez mas graves; el gobierno, consciente del gran peligro que amenazaba a la república y de la necesidad de tomar las medidas necesarias para impedirlo, desplegó gran actividad para fortalecer su resistencia, el 29 de noviembre expidió una amplia ley de amnistía por todos los delitos políticos que se hubieran cometido desde el 17 de diciembre de 1857 hasta la fecha.

El gobierno fue facultado omnímodamente para cuantas providencias juzgare convenientes, sin mas restricciones que salvar la independencia e integridad del territorio, la forma de gobierno establecida por la constitución y los principios y leyes de Reforma, autorizándolo además. Para firmar tratados y convenciones y ponerlos en vía de ejecución sin necesitar la aprobación del congreso.

Al recibir la noticia de la ocupación de Veracruz, el gobierno expidió un decreto, cerrado el puerto al comercio de altura y cabotaje, declarando traidores a los mexicanos que se uniesen a los Españoles o de cualquier manera favoreciesen su causa. La escuadra francesa ancló en Sacrificios al día siguiente y el 8 desembarco en Veracruz el general Primm, y tomo el mando de las fuerzas españolas. Los aliados acordaron enviar una nota colectiva al presidente de la república, en la cual exponían las deudas no pagadas y la falta de seguridad de sus compatriotas. A este efecto invitaba (el gobierno de México) a los plenipotenciarios que pasaran a Orizaba a discutir y concluir con los comisionados mexicanos los convenios que aseguraran a las potencias aliadas la satisfacción de sus reclamaciones.

Se reunieron y firmaron el 19 de febrero los preliminares de la Soledad. Ratificados por el presidente y los representantes ingleses y franceses, los preliminares de la Soledad, quedaron elevados a la categoría de una solemne convención entre el gobierno mexicano y los plenipotenciarios extranjeros.

Casi al mismo tiempo, miembros influyentes del partido conservador, proclamaron abiertamente, en el puerto de Veracruz, su propósito de cambiar la forma de gobierno en México y el general Juan N. Almonte, se declaro depositario de la confianza del emperador. Protegido por las armas francesas, partieron de Veracruz rumbo a Córdoba a donde llegaron el 25 del mismo mes.

La guerra con Francia.

Los comisarios, después de una acalorada discusión, rompieron la alianza firmada en Londres. El mismo día, se informo al gobierno de Juárez de la ruptura de la alianza, del reembarco de las fuerzas españolas e inglesas y del retroceso de los franceses a Palo Ancho, conforme a lo pactado en los preliminares de la Soledad. El gobierno, el 12 de abril expide un decreto, declarando traidores a los mexicanos que permanecieran en los lugares ocupados por los franceses, llamando a las armas a todos los mexicanos. Rotos los preliminares de la Soledad, se estableció en Orizaba un simulacro de gobierno a cuyo frente estaba Almonte; reconocido como jefe supremo de la república, organizo su gabinete con miembros del partido conservador.

Los franceses no respetaron lo pactado en los preliminares de la Soledad y avanzaron hacia Córdoba y Orizaba. El ejercito mexicano, al mando de Zaragoza, se sitúo en las cumbres de Acutzingo para impedirles el paso. Después de algunos fracasos, Zaragoza renunció a atacar Orizaba y se retiro al otro las}do de las cumbres para rehacer su ejercito. Un decreto de Juárez fechado en septiembre ordenaba que, la población masculina entre 16 y 60 años debía trabajar un día a la semana en las fortificaciones que se levantaban para resistir el ataque de las tropas invasoras.

El general Forey publico en febrero una proclama asegurando una vez más a los mexicanos que las miras de Francia eran nobles y generosas. González Ortega declaró el 10 de marzo el sitio de Puebla y de las poblaciones situadas en un radio de 8 leguas.

El 10 de junio hizo su entrada a la capital él ejercito frances-mexicano, al día siguiente Forey dio una proclama a los mexicanos en la que aconsejaba la fraternidad, la concordia, y el verdadero patriotismo; que dejaran de ser liberales y reaccionarios, que fueran únicamente, mexicanos.

Se formo la asamblea de notables, que presento su dictamen con las proposiciones siguientes: 1°. Que la nación adoptaba la monarquía moderada, hereditaria con un príncipe católico. 2°. Que el soberano tomaría el titulo de emperador de México. 3°. Que la corona imperial se ofrecería al príncipe Fernando Maximiliano, archiduque de Austria, para si, y sus descendientes. 4°. Que en el caso de que por circunstancias imposibles de prever no llegase a tomar posesión del trono, la nación mexicana se remitiría a la benevolencia del emperador de los franceses para que le indicase un príncipe católico.

Los generales Doblado y González Ortega enviaron en enero una comisión a Saltillo para pedir a Juárez que se separa de la presidencia, como medio para negociar con la intervención un arreglo que pusiese termino a esta. Juárez se negó diciendo que no era su persona la atacada por la intervención y los conservadores, sino la forma republicana de gobierno y que el estaba resuelto a permanecer en el cargo mientras se hallaran en peligro las instituciones, combatiendo para defenderlas y conservarlas. Juárez situó la capital de la república en Monterrey.

Se sucedieron batallas entre los ejércitos mexicano-franceses y los juaristas. Apenas evacuaban los unos un lugar, cuando era ocupado por otros, la lucha era una guerra sin fin.

Tal era la situación militar en ele mes de mayo de 1864 en vísperas de la llegada de a México de Maximiliano y Carlota.

El segundo imperio

Decidida la aceptación de la corona de México por el archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo. En París celebró con Napoleón III dos acuerdos, un público y otro secreto, que sería firmados después de que fuera proclamado oficialmente emperador de México. La primera parte del pacto establecía el número de soldados franceses y el tiempo que estarían en México.

De capital importancia fueron las condiciones económicas impuestas a Maximiliano, pues firmó obligaciones que representaba una carga imposible para un estado abrumado económicamente como México. En la parte secreta del convenio se establecía que "cualquiera que fuesen los acontecimientos que pudiesen ocurrir en Europa, la ayuda de Francia nunca faltaría al nuevo imperio".

El 10 de abril de 1864 Maximiliano fue proclamado en el castillo de Miramar emperador de México. Ese mismo día firmó la convención militar acordada provisionalmente en París, el acta de empréstitos sobre la emisión de 300 millones de francos, decretos referentes al reclutamiento de los cuerpos de voluntarios austríacos, el encargo a Velázquez de León de la formación de un gobierno y el nombramiento de Almonte como lugarteniente del imperio.

Al tomar posesión del gobierno, Maximiliano pensó en hacer desaparecer el odio de los partidos y atraer a todos a colaborar con él. Deseando ampliar la acción de la prensa, Maximiliano dispuso acabar con la censura previa, todo individuo podía emitir libremente sus opiniones sobre los actos oficiales para manifestar los inconvenientes de los mismos.

El emperador quería demostrar en los mercados financieros de Europa que el país estaba tranquilo y que podría recorrido sin peligro. En el mes de diciembre Maximiliano, siguiendo a las influencias de sus ministros y del general Bazaine, se deshizo igualmente del general Márquez, a Miramón lo envió a Berlín, con el cargo de ministro plenipotenciario.

El Nuncio apóstol pico, Pedro Francisco Meglia, en quien Maximiliano cifraba las esperanzas de solucionar el conflicto religioso llego a la capital en el mes de diciembre. El papa envió al emperador una carta con Meglia en que debía anular todas las leyes de reforma, establecer la religión católica con exclusión de cualquiera otra como base apoyo del imperio mexicano, una completa libertad de los obispos en el ejercicio de sus funciones eclesiásticas, el restablecimiento de las ordenes religiosas, el sometimiento de la enseñanza tanto pública como privada a la superior vigilancia del clero y la eliminación de todas las trabas que mantenían a la iglesia dependiente del estado.

Maximiliano, en vez de detener el non possumus pontificio, decidió zanjar por sí mismo la cuestión. En enero de 1865 se publicó un decreto según el cual las bulas y breves papales no podía ser publicadas y ejecutadas sin el consentimiento Imperial. Esto significó el completo rompimiento con el Nuncio y con la parte más rica y de mayor influencia de clero del país. Maximiliano promulgo en febrero del decreto que establecía la libertad de cultos y disponía la revisión de las ventas de los bienes de clero. El rompimiento entre Maximiliano y la iglesia quedó consumado.

Otra de las principales preocupaciones de Maximiliano fue la cuestión financiera. Para él, los mexicanos que dirigía el ministerio de hacienda no estaban capacitados para hacerlo, por lo cual escribió a París pidiendo que le dejaran al financiero Carlos Eustaquio Corta, en cuya capacidad tenía una gran confianza. Pero este no quería permanecer en México y antes de finalizar el año de 1864 regresó a su país.

Para celebrar el primer aniversario de la aceptación de la corona, el emperador promulgo el estatuto provisional de imperio que no satisfizo a ningún partido. Creaba nuevos departamentos ministeriales, una ley establecía la organización de los ministerios y designaría los ramos que hubiesen de encomendárseles. Maximiliano emprendió en este mes un viaje al interior del país, durante el cual acordó formar una brigada de fuerzas mexicanas que serviría de pie para la organización del ejercito entregando al general austríaco Thun realizar la idea. La Emperatriz Carlota emprendió a principios de este mes un viaje a Yucatán; al partir, Maximiliano le entregó unas instrucciones secretas en las cuales le decía que Yucatán debía constituir el centro de gravitación de los demás Estados de América central a los cuales se quería mover "a inclinarse hacia la península". El deseo del emperador era ver al imperio mexicano como potencia central de América.
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