Si bien en Arte Latino, cubrimos la producción latina a nivel global, llegando más allá de las fronteras continentales americanas para incluir además de España y Portugal al resto del planeta, consideramos pertinente una breve introducción a las manifestaciones plásticas latinoamericanas por separado debido a sus particulares características históricas y culturales.
Latinoamericano es considerado sinónimo de iberoamericano, término con el cual denominamos al conjunto de habitantes en América colonizados por los españoles y portugueses.
Por lo tanto, esta breve reseña sobre el arte latinoamericano abarcará a México, los paises de América Central y el Caribe y Sudamérica.
En el estudio del arte latinoamericano se pueden distinguir los siguientes períodos históricos:
Arte Indígena o Pre-colombino: correspondiente a las culturas mayas, aztecas, incas, tainas y aquellas de larga permanencia previas al descubrimiento de América.
Arte Colonial: cuyo fin primordial estuvo a servicio de la iglesia, destacándose la arquitectura dentro de las artes más que la pintura y la escultura. El arte colonial las regiones colonizadas por los españoles tuvo características que las pudo distinguir con facilidad de su equivalente europeo, contorno a lo ocurrido en los países colonizados por los portugueses (Brasil), quienes desarrollaron un estilo colonial basado en fuentes fundamentalmente europeas.
Arte Postcolonial: se inicia con los movimientos independentistas de la colonia española. Surge un arte individualista, con escenas que van desde el descubrimiento del nuevo mundo y su conquista, hasta representaciones locales de carácter social y político. En la segunda mitad del Siglo XIX, el indianismo tuvo gran éxito, centrando Lima y México la atención sobre los países y forjando un estilo particular independiente del impresionismo.
Arte Latinoamericano del siglo XX: el arte latinoamericano de este siglo esta dominado por México en el cual se dió un interés tanto cultural como político por las civilizaciones antíguas y la vida actual de sus habitantes autóctonos, intentando revivir las formas indígenas y con un intenso interés social del artista.
En México, con la protección estatal y a falta de un mercado artístico, se eligieron los muros de los edificios públicos para representar su arte, naciendo un arte mural, el mexicano, que trascendió los límites geográficos locales, el cual se aferró a tres tópicos, que a menudo se entremezclan:
Indianismo
Historia de México
Marxismo
Los tres muralistas principales fueron Rivera, Orozco y Siqueiros. Tanto Rivera como Orosco realizaron grandes murales fuera de México, más concretamente en Estados Unidos donde ejercieron una gran influencia sobre los artistas de los años 30 y 40.
El surrealismo encontró numerosas afinidades naturales con América. En 1940 se celebró en ciudad de México la exposición Surrealista Internacional. En los años 30 y 40 se formaron grupos surrealistas en Chile, Argentina, Perú y Martinica. Justo antes de la Guerra Mundial la pintura surrealista europea recibió una transfusión de sangre nueva procedente de las Américas a través de Roberto Matta (Santiago de Chile) y Wilfredo Lam (Cuba). Lam se unió a los surrealistas en 1939 y fue el primero en traducir el interés surrealista por el premisticismo y la magia en sorprendentes imágenes totémicas de gran influlencia africana.
Fuera de México, en general, ha habido bastante internacionalidad en el campo de la pintura, la escultura y la arquitectura y una apertura cada vez mayor al arte abstracto, aunque ha habido importantes muralistas como: Candido Portinaria (Brasil) entre otros.
Pedro Figari fue el representante más importante de la escuela argentina del Río de la Plata. Joaquín Torres García nació en Uruguay y pasó varios años en París, reflejando en sus pinturas un profundo individualismo y afinidades con Joseph Cornell o Max Ernst. Fernando Botero (Colombia) es un pintor y escultor muy personal cuyos retratos grotescos y marchitos siguen la tradición de Bross y Otto Dix.